Saliou era demasiado joven para darse cuenta de que era diferente. A los dos años de edad, el niño no tenía idea de que su labio leporino lo diferenciaba de los otros niños. Felizmente inconsciente, la condición no afectaba la personalidad de Saliou, lo que trajo alegría a todos los que conoció.
Mientras que algunos podrían considerar la condición de Saliou como una razón para sentir vergüenza, especialmente en África Occidental, donde la falta de acceso médico puede hacer que una persona viva con el defecto durante toda su vida, la abuela de Saliou, Ndiane, se negó a dejar que su condición escondiera su amor.

“Es tan guapo”, dijo ella mientras sostenía su foto. “A pesar de su admiración por Saliou, Ndiane seguía esperando que no tuviera que crecer con el labio leporino, lo que le preocupaba que se convirtiera en un marginado cuando fuera mayor. “Si no lo operaran, sería diferente de los otros niños”, dijo.
Desafortunadamente, la familia de Saliou no tenía los medios para encontrar una solución para el. Con un acceso mínimo a una cirugía segura y asequible, Ndiane recurrió a lo único que podía hacer: rezar por un milagro. Se aferró a la esperanza de que un día su dulce Saliou se sanaría.
Después de dos años de esperar un milagro, Ndiane se emocionó al enterarse de que un buque hospital estaba atracado en la capital senegalesa. Esta leal abuela viajó 12 horas para llevar a Saliou al Africa Mercy para una cirugía que cambiaría su vida para siempre.

“Cuando me enteré de la llegada del buque, me sentí muy tranquila”, dijo. “¡Entonces tomé la decisión de parar todo y traerlo porque esto impactará su futuro!” El corazón de Ndaine se llenó de alegría y gratitud después de la operación de Saliou – ¡su nieto finalmente se sanó! Ahora el futuro del niño parece más brillante que nunca.

“Estoy dando gracias a Dios y a la gente de Mercy Ships”, dijo Ndaine. “No tenía ningún sitio donde operaran a Saliou, y ellos lo hicieron.”
