La historia de sanidad de Aissatou

 

Conozca a Assiatou

La búsqueda de sanidad de Ousmane comenzó el día en que nació su hija, hace más de cuatro años. Sabiendo que el labio leporino con el que había nacido Aissatou le llevaría a una vida más difícil, Ousmane visitó todos los hospitales que pudo encontrar con la esperanza de encontrar la ayuda que necesitaba.

Otros habitantes de su aldea empezaron a perder la esperanza, diciéndole que el labio leporino de Aissatou no tenía arreglo.

Mientras tanto, Aissatou no tardó en aprender que su aspecto era diferente al de otros niños. Decidiendo que la privacidad era la mejor manera de mantenerla a salvo, sus padres hicieron todo lo posible por cubrirla cuando salían en público y se esforzaron por mantenerla alejada de las miradas indiscretas.

Ousmane fue testigo de todo esto con un profundo dolor. “Quiero tanto a mi hija que nunca dejaré de buscar su sanidad”, dijo. A pesar de las voces que le decían que se rindiera, Ousmane se negó a dejar de buscar ayuda. En 2019, cuando se enteró de que Mercy Ships iba a llevar su buque hospital, el Africa Mercy®, a Senegal, estaba decidido: esta era su respuesta.

Esperanza y oraciones

Aissatou y Ousmane atravesaron Senegal hasta llegar al buque, donde Aissatou recibió una cita para su operación. Pero antes de que llegara la fecha de su cirugía, el Africa Mercy tuvo que partir debido a la pandemia de COVID-19. A pesar de todos los contratiempos que habían sufrido, Ousmane mantenía la esperanza de que Mercy Ships le proporcionaría la ayuda que su hija necesitaba: “En mi corazón sabía que esta gente ayudaría a mi hija. Sólo seguía orando y esperando que el buque regresara”.

Sus esperanzas y oraciones fueron respondidas.

Cuando el Africa Mercy volvió a Senegal, los esfuerzos de Ousmane se vieron por fin recompensados.  Aissatou fue operada para sanar su labio leporino.

Cuando el padre vio a su hija por primera vez tras la operación, no pudo contener su emoción.

“No sé nada de cirugía y no tenía ni idea de lo que estaba pasando”, dijo. “Pero cuando volvió [de la operación], ¡me puse muy contento! Cuando la vi, lo supe; ¡los cirujanos son verdaderos héroes!”.

Mientras Aissatou se recuperaba a bordo del Africa Mercy, Ousmane prácticamente no dejaba de sonreír. Se sentía conmovido por el amor y los cuidados que recibían tanto él como su hija, y veía cómo esto permitía a Aissatou florecer. Sin el labio leporino que la frenaba, la niña adquirió más confianza para dar un paso al frente y hablar. A menudo, cogía juguetes que nunca había visto, deseando explorar lo desconocido.

Una de las enfermeras del pabellón, Bekah, se encariñó increíblemente con Aissatou y su padre, diciendo: “Fue tan especial ver su vínculo juntos. Gracias al amor de Ousmane por su hija, ella encontró la sanidad y eso me recuerda lo mucho que nos ama nuestro Padre celestial.”

La hija de la aldea

Una vez que Aissatou hubo sanado, llegó el momento de regresar a su aldea. La comunidad no podía creer lo que veían sus ojos cuando la vieron. Muchos estaban convencidos de que Aissatou nunca encontraría la sanidad, pero aquí estaba, completamente sanada. La madre de Aissatou, Khadija, estaba llena de alegría.

“Cuando Ousmane y Aissatou se fueron al buque, tuve miedo”, dijo Khadija. “No podía comer ni beber y me preguntaba si iba a recibir tratamiento o no, porque iba al hospital varias veces y volvía sin ser tratada. Hasta el día en que Ousmane por fin me llamó y me dijo que la habían operado. Y cuando por fin volvieron a casa, ¡me sentí tan feliz! No puedo agradecérselo lo suficiente”.

Uno de los ancianos de la aldea proclamó que Aissatou era la prueba de esperanza de la aldea: “Habíamos perdido toda esperanza. Pensábamos que iba a morir así. Nadie creía que fuera a ser sanada, porque todos los demás hospitales no tenían más que promesas vacías. Pero entonces llegó Mercy Ships y ustedes nos mostraron que había esperanza. Y ahora han sanado a la hija de nuestra aldea. Habíamos perdido la esperanza, pero ustedes demostraron que siempre hay esperanza. Y por eso, siempre les estaremos agradecidos”.

Gracias al amor y la determinación de su padre, Aissatou tenía un nuevo futuro: uno en el que podría ir a la escuela y mantenerse por sí misma algún día. Pero lo más importante es que nunca tendría que esconderse, sino que sería la prueba viviente de que siempre hay esperanza.

Gracias a amigos como usted, Aissatou recibió una cirugía que le cambió la vida en el Africa Mercy.