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El joven Daouda sólo tenía 4 años cuando empezó a formársele un tumor en el maxilar superior. Lo que empezó como un pequeño bulto acabó convirtiéndose en un enorme tumor que le llenaba la boca y le dificultaba comer y hablar.

Conozca a: Daouda

El joven Daouda tenía sólo 4 años cuando empezó a formársele un tumor en el maxilar superior. Lo que empezó como un pequeño bulto acabó convirtiéndose en un enorme tumor que le llenaba la boca y le dificultaba comer y hablar. 

 “No hay hospital en Dakar al que no haya ido para intentar conseguir este tratamiento”, cuenta su padre, Hamady. Durante ocho años, Hamady buscó ayuda para Daouda, gastando casi todos sus ingresos en seguir varias pistas, que siempre acababan con el mismo mensaje: “No podemos ayudarle”. 

Eventualmente, la enfermedad de Daouda se volvió demasiado dolorosa y se vio obligado a abandonar la escuela. Sin cirugía para extirpar el tumor, Hamady temía por el futuro de su hijo. Pero pronto, ese temor se transformó en esperanza.

Un amigo le contó que un buque hospital iba a llegar a Senegal, lleno de voluntarios que ofrecían cirugía gratuita. Hamady sabía que llevar a su hijo al buque sería un reto, sobre todo porque significaba partir durante la temporada de lluvias, una época crucial para su granja: “Soy el sostén de la familia. Si no estoy allí, es peligroso”. 

Sin embargo, animado por las imágenes de operaciones realizadas con éxito en la página de Facebook de Mercy Ships, Hamady lo dejó todo.

“Cuando no estoy allí, mi corazón no está tranquilo”, dijo. “Pero cuando veo esta enfermedad, tampoco está bien. Debo llevarlo”. 

A pesar de temer otro rechazo, Hamady llevó a Daouda a entrevistarse con un equipo de exploración que los envió al Africa Mercy para operarlos y extirparles el tumor. Tras una operación exitosa, las enfermeras llevaron a Hamady a ver a su hijo. Cuando entró en la habitación, el rostro de Hamady se llenó de alivio. Su búsqueda de ayuda para su hijo por fin había terminado.

La directora del hospital, Keren Fuhrmeister, presenció el reencuentro y declaró: “Nunca había visto un lenguaje corporal así: el alivio de un padre que nunca ha podido conseguir la sanidad para su hijo. Creo que nunca olvidaré su mirada. Fue y se sentó junto a su hijo y le cogió la mano, y su hijo acababa de despertarse, y él se quedó allí sentado con puro alivio”. Y concluyó: “Se quedó allí sentado y dijo: ‘Creo que por fin lo hemos conseguido'”. 

Una semana después de la operación, Daouda estaba sanando bien y por fin le dieron el alta. Daouda dijo antes de abandonar el buque: ” Les doy las gracias por lo que han hecho por mí”.

Hamady tiene la esperanza de que Daouda pueda por fin reanudar sus estudios sin miedo al dolor y al desprecio.

“A menudo lo animo”, compartió. “Le digo: ‘Adelante. Nunca es demasiado tarde. Te pondrás al día. Como eres inteligente, te pondrás al día'”.

Aunque el camino hacia la sanidad fue tortuoso para Daouda, Hamady espera que los frutos de su trabajo resuenen a escala nacional.

“Todo el mundo en esa carretera desde mi pueblo hasta Dakar conoce a mi hijo, y todo el mundo va a ver esto y saber que se sanó”, compartió Hamady. “Gracias. Nunca lo olvidaré. Aunque muera hoy, descansaré en paz. Todos mis hijos gozan de buena salud”.

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